Pistas de grama en República Dominicana

Juntos podemos luchar por un espacio aéreo más versátil, seguro y atractivo para nuestro país. Por ende, vengo a proponerles algo que ayudará a la aviación general a competir al nivel más alto en el mundo.
Taking advantage of grass strips

La República Dominicana, conocida por su geografía diversa, su vibrante turismo y su economía en crecimiento, requiere una infraestructura aeroportuaria ágil, flexible y adecuada a sus múltiples necesidades. En este contexto, la habilitación de pistas de aterrizaje de grama (césped) puede representar una alternativa estratégica para facilitar la aviación general, fomentar el desarrollo rural, fortalecer la conectividad interna y promover el turismo sostenible. A pesar de que tradicionalmente se han priorizado aeropuertos pavimentados y de mayor escala, las pistas de grama tienen un valor significativo en contextos geográficos como el dominicano.

El sector que más se beneficiaría es la aviación general y de bajo costo. Las pistas de grama son especialmente útiles para aeronaves ligeras, como avionetas privadas, aviones de entrenamiento o aeronaves de fumigación agrícola. Estas pistas requieren una inversión mucho menor que las asfaltadas y pueden ser construidas rápidamente en zonas rurales o de difícil acceso. Esto reduce las barreras de entrada para pilotos privados, escuelas de aviación, empresas agrícolas y operadores turísticos, permitiendo una descentralización de la aviación nacional y favoreciendo una red aérea más inclusiva y funcional.

Incrementaría el desarrollo rural y el acceso a comunidades remotas. Muchos municipios dominicanos, especialmente en regiones montañosas o aisladas, como la Sierra de Bahoruco o partes del Cibao, tienen difícil acceso terrestre. Las pistas de grama pueden servir como puntos de conexión vital para servicios médicos de emergencia, transporte de bienes perecederos, movilidad de técnicos agrícolas e incluso evacuación en situaciones de desastre. Esto facilita una mayor integración territorial y contribuye a disminuir las desigualdades entre zonas urbanas y rurales.

Diversificación del turismo ecológico y de aventura. El turismo en República Dominicana no se limita a Punta Cana o Santo Domingo. Hay un creciente interés por destinos menos convencionales como Jarabacoa, Constanza, Pedernales o Montecristi. Habilitar pistas de grama en o cerca de estas zonas permitiría el aterrizaje de pequeños aviones turísticos o taxis aéreos, atrayendo un segmento de turistas interesados en ecoturismo, deportes extremos y exploración natural. Esta alternativa puede contribuir a un desarrollo turístico más equilibrado y respetuoso con el medio ambiente.

Evaluar el impacto económico y ambiental es importante. Desde una perspectiva económica, las pistas de grama son considerablemente más baratas de construir y mantener que las de asfalto o concreto. Además, pueden coexistir con el uso agrícola del terreno, ser desmontables o integrarse en el paisaje sin alteraciones severas al ecosistema. Su huella ecológica es menor y, si se implementan con criterios técnicos adecuados, pueden mantenerse operativas gran parte del año con un mantenimiento básico.

Como es de esperarse, trae desafíos. La implementación de pistas de grama requiere una planificación cuidadosa. Recomendamos establecer normativas claras sobre seguridad operacional, drenaje del terreno, señalización y coordinación con el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC). También se debe fomentar la capacitación de operadores locales y garantizar un marco legal que incentive la inversión público-privada en estas infraestructuras.

Podemos acordar que la habilitación de pistas de aviones de grama en la República Dominicana no solo es viable, sino estratégica. Representa una solución innovadora y eficiente para mejorar la conectividad nacional, impulsar el desarrollo rural, diversificar la oferta turística y democratizar el acceso a la aviación. En un país con tanto potencial geográfico y humano, integrar este tipo de infraestructura puede ser una pieza clave para avanzar hacia una movilidad más inclusiva, resiliente y sostenible.

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