
Capt. Christian Jiménez, B.S.
Boeing 727,737, 757-767,777
Miembro
Nacido en Santo Domingo, República Dominicana, pasó su infancia en los sectores de Los Prados y posteriormente en Arroyo Hondo. En 1989 se graduó del Colegio Dominicano De La Salle y, movido por su sueño de convertirse en piloto profesional, emigró a los Estados Unidos.
Su primer paso fue un año como estudiante de intercambio en St. Louis, Missouri, donde perfeccionó el inglés e investigó universidades de aviación. Fue entonces cuando descubrió Parks College, de la St. Louis University, institución que eligió por su prestigio y su cercanía con United Airlines, con la convicción de que el esfuerzo y la dedicación le abrirían las puertas de una aerolínea de talla mundial.
En mayo de 1995 culminó su licenciatura en ciencias aeronáuticas y, tras ganar experiencia en Fine Air —una compañía carguera con base en Miami, donde voló el legendario DC-8 acumulando 1,100 horas como ingeniero de vuelo y 1,300 como primer oficial—, ingresó a United Airlines el 15 de noviembre de 1999.
Dentro de United Airlines, su carrera ha sido amplia y diversa, sumando experiencia en múltiples aeronaves y posiciones:
- 126 horas como ingeniero de vuelo en el Boeing 727.
- 2,300 horas como primer oficial en el Airbus A319/A320.
- 3,100 horas como primer oficial en la familia Boeing 737 (300/500/700/800/900).
- 3,100 horas como primer oficial en el Boeing 757/767.
- 700 horas como primer oficial en el Boeing 777-200/300.
- Más de 2,600 horas como Capitán en el Boeing 757/767 (series 200/300/400).
En total, ha acumulado más de 15,000 horas de vuelo a lo largo de su trayectoria.
Tras enfrentar dos periodos de furlough, la bancarrota de la aerolínea y un proceso de fusión, alcanzó finalmente el rango de Capitán en United Airlines, donde continúa desarrollando su carrera profesional.
Además de su pasión por la aviación, lleva una vida plena en el ámbito personal: está casado y es padre de tres hijos.
Hoy, después de más de dos décadas de trayectoria en la aviación comercial, considera su carrera una verdadera bendición. Haber convertido en realidad el sueño de su niñez —volar como piloto profesional— es para él la mayor recompensa de su vida.